El movimiento del 15-M ha superado muchas pruebas estos últimos meses: desde su formación distribuida, tuit a tuit, hasta la primera manifestación, posteriores acampadas, su alargamiento y el 19-J. Ahora el horizonte vuelve a ser claro, tras la victoria del movimiento pacífico y ciudadano, con más manifestaciones y un referéndum el 15 de Octubre.

Entre tanta actividad y tantas voces, algunas de estas opinan que un siguiente paso, además de la continuación del movimiento en las asambleas de barrio, es constituir una fuerza política para reunir el voto indignado (o indignadano) con la esperanza de conseguir suficiente representatividad para realizar los cambios básicos para una regeneración democrática, que llevamos reclamando las personas implicadas en el 15-M.

El problema principal de esta idea es que se está dispersando en esfuerzos aislados que, a pesar de compartir una base común, están planteando individualmente semejante tarea con posiciones diferentes. Además, para rematar, no se parte de premisas que permitan dotar esta formación de una naturaleza utilitaria, es decir, que sea simplemente una herramienta para alcanzar directamente nuestras exigencias, garantizando que las personas que obtengan cargo no puedan volverse en contra de los principios del 15-M, ni abusar de la situación.

Hay claros ejemplos de iniciativas ya en marcha, para precisamente articular una posible formación que pueda presentarse a las elecciones generales de 2012, algunos iniciados incluso antes del propio 15-M:

  1. Páginas y grupos de Facebook:
  1. Partido político ya
  2. El Partido del 15-M
  3. Movimiento por la creación de un partido político con los ideales del 15-M
  4. Ideas Partido Político después del 15-M
  5. Yo votaría al partido del 15-M
  6. 15-M Partido político para las generales
  7. 15-M y lucha en el Congreso (Partido político)
  8. Grupo Político de Indignados 15-M
  9. Por un partido político llamado "INDIGNADOS"
  1. Redcracia
  2. Democracia Participativa (pre 15-M)

El caso de Redcracia es particular, ya que es un movimiento político cuyo sistema de votación estará basado en usuarios de redes sociales y en una estructura de liderazgo, con delegación de voto.

En cuanto a Democracia Participativa (la plataforma, no confundir con el partido de mismo nombre, mismo origen, mismos objetivos y que forma parte de la plataforma), es también particular.

Formada a inicios de 2011, agrupa a varios partidos pro democracia directa/participativa/líquida y su existencia no es una competencia del posible partido 15-M que pueda formarse, sino que es difusor de parte de sus principios. Por decirlo claramente,  se complementaría totalmente, siendo una opción más de voto, uniendo fuerzas y evitando dispersión de voto.

Además, fuera de posibles plataformas, hay dispersión de partidos minoritarios, tanto en formación, como Equo, cómo ya existentes. Aunque con la última imposición para presentarse a las elecciones, seguramente sesgará las posibilidades de presentarse a muchos partidos, reduciendo las posibilidades.

Así, una vez expuesta la diáspora de esfuerzos claramente políticos, que no politizados, mi opinión es: una formación política, articulada como herramienta que se autodestruya una vez logrado su objetivo o con un límite de tiempo agrupación de electores, es necesaria para conseguir nuestros objetivos comunes del 15-M.

La plantearía en los siguientes términos:

  1. Constitución cómo agrupación de electores: requiere un porcentaje de firmas mayor a un partido, pero es una recogida que debe realizarse igualmente y que cuando el número de apoyos no parece un problema, vistas las manifestaciones. Pero tiene la ventaja que sólo sirve para una convocatoria electoral, garantizando la temporalidad de la misma.
  2. Un único objetivo: modificar la Ley Electoral, ahora entro en qué modificaría, y convocar elecciones.
  3. Una vez alcanzado, disolverse y dejar los escaños vacíos desde la convocatoria hasta la fecha de los comicios.
  4. Si no se alcanza el objetivo, en un tiempo determinado de antemano, se procederá a dejar los escaños vacíos hasta el final de la legislatura.
  5. Durante la ocupación de sus escaños, los indignados-diputados se comprometerán a donar parte de su sueldo a causas benéficas, elegidas por los demás mediante algún sistema de votación.
  6. Además, un acuerdo que suscribirán todos los candidatos obligándolos a respetar los principios del 15-M, así cómo evitar cualquier tipo de abuso o uso indebido de la situación.

¿Qué modificaciones creo que debe contemplar la nueva ley? Propongo las siguientes:

  1. Un voto, una persona. Circunscripción uninominal para todas las elecciones.
  2. Cambio de la Ley d'Hondt por un sistema más proporcional. Eliminación del porcentaje mínimo de votos.
  3. Voto en blanco computable: dejar escaños vacíos.
  4. Listas abiertas.
  5. Mecanismos para impedir que los imputados o procesados se presenten en listas y para cesar temporalmente a los que, durante su cargo, se vean imputados o procesados en causas judiciales.
  6. Eliminación de todas las subvenciones a partidos políticos (actualmente se subvencionan en función de los votos recibidos sólo si consiguen representación, por tanto, los partidos extra-parlamentarios no ven nada).
  7. Limitación de sueldos, uno único por cargo electo (evitar políticos con tres sueldos) y con una cantidad máxima, Sueldo Máximo Político, en función al Sueldo Mínimo Interprofesional, sin dietas ni extras de ningún tipo.
  8. Impedir donaciones anónimas a partidos y limitación de las mismas a cantidades en función al SMI, por persona, año y partido.
  9. Eliminar reparto de presencia en medios y de recursos publicitarios en función de la representación previa. Si un partido no tiene representación previa, le dejan las migajas, mientras que a los mayoritarios les dan el máximo posible.

Se pueden plantear mejor, ampliar, quitar o detallar estos puntos, pero creo que son la base de una Ley Electoral con cara y ojos, que realmente puede cambiar la situación. Y salvo algún punto, quizás alguno de los cuatro primeros, todos son aceptables por todos.

Además, hay un par de esfuerzos legislativos que redondearían nuestro sistema político:

  1. Legislar para permitir referéndums vinculantes convocados por los ciudadanos, tal y cómo se hace en Suiza.
  2. Una auténtica Ley de Transparencia y no sólo algunas pequeñas reformas cómo las que planean para los próximos meses.

Desconozco si esta opinión llegará a ser útil, pero espero que lo sea. Es mi aportación particular a este momento histórico, que siempre me ha representado, a pesar de nuestras diferencias. Nos ha unido la indignación y debemos ser constantes en nuestro esfuerzo por un futuro mejor.